viernes, 15 de mayo de 2009

La paratextualidad

Una de las categorías transtextuales aprendidas es la paratextualidad. La misma es la relación que existe entre el texto y su paratexto (título, subtítulo, imágenes, tipografía), el cual acompaña al mismo y es fundamental, ya que atrae a las personas a leer el relato. Es el primer contacto que el lector tiene con el texto, y el paratexto demuestra de qué género es al que éste pertenece e influye en la decisión de leerlo o no. Es decir, que nos ayudan a comprender un poco más de lo que va a tratarse o hablarse, por ejemplo, en un libro de cuentos. A veces, los paratextos, se colocan con intenciones comerciales, es decir para vender muchos ejemplares de un libro, otras con un claro objetivo: ampliar la información; mientras que algunos tienen como finalidad anticipar la información o relato que contiene el texto.





Ejemplo de paratexto en una noticia



Algunos de los paratextos más conocidos y comunes son el título y el subtítulo, los cuales deben ser sintéticos, resumir de lo que se va a hablar, es decir representar al contenido. Otro tipo de paratexto son imágenes que se colocan para atraer a la gente a que lea el texto, ya que a través de fotos o infografías con gran definición, el mismo puede “atrapar” más a las personas. También se utilizan para ilustrar, explicar sobre lo que se está hablando para tener un poco más claro un tema determinado.
El paratexto no se encuentra solamente alrededor del texto mismo, sino que, por ejemplo, en libro de cuentos, también puede verse en su
tapa y contratapa; aunque éste no es confiable en cuanto a la información que brinda, ya que casi siempre es una estrategia de venta, incluye una introducción a la historia y deja intrigada a la persona que la lee, o contiene opiniones extraídas de críticas, obviamente positivas, sobre el libro (para que sea comprado por mucho individuos)
Otro tipo de paratexto que se encuentra en un libro es el
índice, en donde están indicados los títulos o temas tratados y las páginas en donde se encuentran, así el lector puede dirigirse más rápidamente a las oraciones o párrafos que más les interesen. El prólogo, explica de qué va a tratarse el texto, o el contexto histórico en el que está hecho y como se realizó, entre otras cosas.
Como pudimos ver, el paratexto es fundamental para la interpretación de un texto, o simplemente para el interés por el mismo; pero se debe recordar que muchas veces es utilizado para comerciar mejor y no hay que dejar engañarse por ello.

Johanna Lentini

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