sábado, 25 de abril de 2009

Hoy en día cuando me pongo a pensar que ya estoy en tercer año, me suena tan raro y me asombro mucho, y me pregunto ¿cuándo fue el momento en que crecí tan rápido?, ¿cuándo pasé a ser de una nena a una adolescente?, y un montón de preguntas más, relacionadas. La verdad que me parece mentira que ya tenga quince años, y que ya haya pasado tanto tiempo de ese primer día de jardín, que por supuesto no me acuerdo todo con una serie de detalles, pero si de pequeños momentos que compartía a esa edad con mis familiares, amigos, y seres queridos; o aquella vez que egresé porque pasaba a primer grado; el hecho de compartir un patio con chicos más grandes o tener un aula con bancos, señoritas nuevas, cuaderno, lapicera y demás cosas, era algo que me sonaba muy diferente, un cambio tan grande de dejar de usar ese guardapolvo azul a usar el uniforme!. Así se me pasaron etapas y etapas, que todas me dejaron marcado algo y recuerdos que no me voy a olvidar; momentos hermosos con mi familia, juegos compartidos con amigos y compañeros, experiencias nuevas, cosas aprendidas, lecciones, personas que conocí, y así cosas que nunca se olvidan.
Una vez de empezar primero, pasaron los demás grados, cada uno con algo diferente, cada año una enseñanza distinta, cambio de amistades, actitudes, formas de pensar y hasta de a poquito madurar. Cosas que quizás no esperaba o sentimientos nuevos que aparecen que a veces hasta te asustan un poquito; empiezan a aparecer las desilusiones, las peleas con amigas pero de enserio, el mirar a otro chico de diferente forma y que te guste, peleas con mamá y papá, y demás cosas que surgen.
En mi parte, en sexto grado, me cambio algo personal también y fue la llegada de mi primera sobrina, Martina, lo que la verdad me hizo darme cuenta de cuanto podía llegar a querer a ese ser tan chiquitito; porque llegó así de sorpresa y sin esperarla, pero la verdad que fue un cambio muy grande tanto para mi, como para mi familia. Martina fue algo más que hermoso en mi vida, porque la aprendí a cuidar y a querer como a ninguna otra personita y me marcó un montón.
Después el paso por séptimo grado, la emoción por terminar la primaria con una campera diferente a los demás, y hacer un viaje en donde compartís casi siete días con tus compañeros, las ansias por saber que es pasar esa etapa para comenzar la secundaria. Y ahí es cuando cambias un montón, y haces una vuelta diferente; aparecen las discusiones con los papás más serias, te pones en caprichosa/o, cambias hasta el humor, las actitudes, las formas de pensar, te das cuenta de cosas que capaz antes por ser tan “inocente” no veías, los cambios físicos y cosas que se notan del lado de afuera.
Y a mi de nuevo, se me marca esta etapa por la llegada de mi otro sobrino; a fin del año 2006 nace Ramiro, y él sí que fue de sorpresa, ya que mi hermano tenía una edad que se consideraba “chico” para ser papá, pero de todas formas, Ramiro fue otro ser que me hizo mucho bien con su llegada.
Luego llega el momento de irte de viaje con ellos, una que felicidad sentís, una emoción y a la vez ese miedito de pasar un par de días lejos de tu casa, tu familia y tus cosas; pero allá se te pasan los días tan rápido y estas tan en otra con ellos que no tenés noción del tiempo, pero el último día cuando te hacen pensar y compartís ese momento con todos los chicos que te acompañaron esos días, y te dan cartas de tus papás y esas cosas, te das cuenta de lo grande que fueron por haberte dejado compartir ese viaje y que a pesar que en esos días te diste menos cuenta, en realidad los habías extrañado muchísimo; y así se te va la primaria, casi sin darte cuenta, se te va una etapa más y son cosas ya vividas que no vuelven atrás.
Después te llega la hora de empezar secundaria, y los miedos te invaden; no sabes que tan difícil va a ser, como van a hacer los profesores, las nuevas exigencias, cambia la cantidad de materias, algunas más complicadas que otras, los horarios y en mi caso, levantarse todos los días mucho más temprano de lo habitual; un cambio grande y difícil a la vez. Pasan cosas distintas y diferentes, por mi parte me supe tomar las cosas más enserio, que por un lado a veces me perjudico y otras no tanto; pasar a ser más responsable porque las cosas cambiaron y ya no están esas señoritas que en ciertos casos te ayudaban, sino que hay profesores que no conoces y muy distintos; así vas descubriendo cosas nuevas y ya te vas dando cuenta que estas creciendo y que el tiempo se está yendo más rápido de lo que pensabas o creías. Pasas a segundo y ya estas acostumbrada un poco, pero igual nunca dejan de estar esos mieditos; el hecho de que las chicas empiecen a cumplir quince años nos tiene más entretenidos y unidos, las huevadas, juntarnos todos y salir por ahí; compartir más momentos y pasarla bien nos ayuda bastante en el grupo. Y así llegué a tercer año, dándome cuenta de cómo se me paso el tiempo, pero que la verdad de todos los años pude aprender y guardar algo lindo; por eso hoy por hoy disfruto minuto a minuto el día a día que paso con las personas que amo, porque el tiempo se me pasa volando y no tiene vuelta atrás. Es por eso que elegí este tema para hablar, porque creo que si todos nos ponemos a pensar en la edad que hoy tenemos y en la cantidad de cosas que se nos pasaron, nos damos cuenta que todo paso más rápido de lo que creíamos y recién ahí empezás a disfrutar todo, asi que acordate...


EL TIEMPO ES ORO; DIFRUTALO!

3 comentarios:

  1. Es verdad Cami que a veces parece que el tiempo pasa "volando" y no sabemos aprobecharlo y de muchas cosas te podes llegar a arrepentir por que como decis vos "las cosas vividas no vuelven atras" creo que es para pensar y refleccionar sobre que hacemos con nuestro tiempo, ya que es un recurso que no es posible reciclarlo.
    Creo que solamente hay que vivir cada minuto disfrutandolo :)

    Melina Mazzeo

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  2. Que hermoso tu posteo cami! Más alla de lo personal que contaste, me siento en gran parte identificada. Parece ayer cuando empezamos la secundaria, tantas personas nuevas, compañeros, profesores, preceptores. Un mundo nuevo para explorar día a día. El paso del jardín a la primaria. Los juegos con nuestros amigos, familiares y seres queridos como vos dijiste. Las salidas ahora que somos más grandes. Cada momento vivido hay que disfrutarlo al máximo porque es único e irrepetible.
    ¡DISFRUTEMOS CADA MOMENTO COMO SI FUERA EL ÚLTIMO!

    Melina Raberto

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  3. Gracias chicas, por sus comentarios. La verdad, que fue con esa intención que lo hice, tratando de que todos tomemos conciencia de que tan rápido pasa el tiempo y de la cantidad de cosas que vivimos. Es muy lindo, darse cuenta unos años después, lo grande que estamos y los lindos recuerdos que quedan, a pesar que el tiempo pase.
    Estoy de acuerdo con ustedes, considerando que hay que vivir cada minuto como si fuera el ùltimo.


    Camila Delucis.

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