sábado, 18 de abril de 2009

Fobias: un temor cada vez más difundido

Algunos de los tipos de fobias

Antiguamente las personas que padecían de miedos incontrolables, lo que actualmente se denominan “Fobias”, eran discriminadas y excluidas de la sociedad, ya que creían que eran diferentes.

Hoy día, es común encontrarnos con personas fóbicas. Buscando información al respecto, hallé casos muy interesantes de personas que le temen a las alturas (acrofóbicas) incapaces de subir a un avión, escalar una montaña o incluso trabajar o vivir en pisos altos; están aquéllas que temen estar encerradas (claustrofóbicas) tal el caso de algunas personas que no pueden abordar un ascensor herméticamente cerrado pues sienten que les falta el aire, tienen una sudoración abundante y entran en pánico a los pocos minutos.

Las personas que temen a los animales (zoofóbicas); las que temen a la muerte (Tanatofóbicas); a la sangre (Hematofóbicas) a los payasos (Coulrofóbicas), dan cuenta de la diversidad de fobias que padecemos los individuos.

Al pensar sobre el tema que iba a postear, me basé en mi experiencia personal con el tema y en que podría- de alguna manera-, encontrar otras personas con vivencias similares e intercambiar nuestros miedos e inquietudes y buscar así la forma de resolverlos.

Entre el listado de temores, me sentí inmediatamente identificada con uno de ellos: la PEDIOFOBIA, es decir el miedo a las muñecas y es desde aquí que quiero compartir con Uds. mi experiencia:

Todo comenzó hace aproximadamente unos diez u once años, en la casa de mi abuela, jugando con mis primas seis años mayores que yo , en un punto nos cansamos de jugar y decidimos ver la televisión.

Mientras ellas cambiaban de canales, encontraron una película que decidieron ver. Aquella película marcaría y afectaría a gran parte de mi vida. Se trataba de la muy conocida “CHUCKY” (el muñeco malvado).

Si bien atiné a cubrirme los ojos con las manos del miedo que me provocó lo que veía, seguía escuchando esa risita diabólica del muñeco que hasta hoy recuerdo.

Los años pasaron, hoy tengo 15, y hay veces que sufro de pesadillas en las cuales, las muñecas toman vida y me persiguen, o al querer jugar con mis primas más chiquitas no puedo porque juegan con “muñecas”: las veo, y les pido que juguemos a otra cosa, pero si insisten, simplemente, salgo de la habitación.

Sin embargo puedo entrar a las jugueterías o puedo tomar una con las manos para entregársela a otra persona.

En realidad, mi mayor temor es a estar sola con ellas o que alguien me corra con una (como suele hacer mi hermano).

Lo importante aquí es que los demás sen cuenta que ¡No somos bichos raros, somos personas y las personas tenemos miedo!


El compartir nuestros miedos con alguien más y aceptarlos - a veces - hace que desaparezcan… ese es mi deseo.




Noelia Cardozo




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