martes, 14 de julio de 2009

De Duendes...

Simplemente me fascinan. Me despiertan ternura, intriga, admiración, inquietud. Me parecen mágicos.
Yo realmente no sé si existen o no, lo que sé es que quiero que existan, por eso creo en ellos.
Siento que me hacen compañía, que me cuidan. Mi cuarto está lleno de duendes y hadas que junto desde que era chiquita.
Invaden mi espacio de color y luz. Además me divierten porque tengo la idea de que son muy traviesos.
Desde chica leo sobre duendes porque siempre me atraparon y algo sé de ellos. Como por ejemplo, sé que tienen diversas formas físicas y distintas formas de ser.
Ésto es apenas el inicio de lo que les puedo llegar a contar.
Ustedes se preguntarán...



¿Qué son los duendes?

Eran, y son, los hijos de la naturaleza. Tienen tantas facetas como ella, por eso me encantan, porque representan nuestros estados de ánimo (bromistas, vengativos, amigables, domésticos, tristes, alegres, compañeros, dormilones, traviesos, etc.).
Hay muchas creencias acerca de ellos. Algunos los consideran espíritus que por distintas razones no pudieron elevarse para que descansen en paz.




¿Su apariencia?

Pueden ser desde el tamaño de un hombre adulto hasta tan chiquitos que pueden ocultarse detrás de un hongo.
También pueden ser hermosos y proporcionados, o feos y hasta deformes o contrahechos como los trolls de la mitología escandinava (donde tiene el origen la creencia de los duendes).




¿Habitan en todo el mundo?

Sí, es posible que habiten en toda la superficie de la tierra.
No son exactas las preferencias de los hogares que eligen vivir los dundes.
No es muy común que decidan vivir en una casa de familia humana y si lo fuera, son del tipo servicial y útil, no pretenciosos, éstos se conforman com poco.
Sin embargo la mayoría de los duendes prefieren vivir en lugares apartados, lejos de la gente, en pantanos, bosques, cuevas y minas abandonadas, en especial en las que existen metales preciosos o diamantes.




¿Cómo sabemos si hay duendes en casa?


Suelen ser muchas las señales de que en casa se encuentre instalado un duende pero más común es que, por ejemplo, comienzan a desaparecer cosas pequeñas o aparecen, pero en lugares insólitos. Todo esto puede pasar sin que ningún miembro de la familia llegue a verlo ni escucharlo.
Por eso deberíamos prestar atención a estas cosas y empezar a dejar "regalos",o mejor dicho, presentes como comida y bebida para que estos pequeños seres decidan dejar de hacer travesuras y comienzen a ayudarnos con las tareas de la casa.



Lo que les conté es lo que recuerdo que fui leyendo acerca de los duendes, pero a pesar de eso, yo siento que es un tema muy personal y prefiero vivirlo más desde mis sentimientos, que desde lo que está escrito en los libros y lo que se dice en las investigaciones.
Para mi son tan mágicos y tan reales que no los asocio a la mitología (mitología escandinava).
Yo siento que existen, y me hace bien creer que están, aunque los libros lo consideren seres mitológicos.
Me llenan de sensaciones. Una de ellas es la intriga y algo así como lo que se siente en las películas de suspenso, porque no todos son buenos. La otra sensación que contaba anteriormente, es la de la ternura, sobretodo los que son viejitos y gorditos con los cachetes rosados.
Siento que ellos también nos necesitan a nosotros para poder existir. Dejemos que entren en nuestro mundo, no nos hacen mal y nos llenan de magia, color y alegría que tanto necesitamos.


http://www.youtube.com/watch?v=FHXEqC5BCus&feature=fvw

http://www.youtube.com/watch?v=UpKRcya9UNQ


Camila Castro
Madre del Buen Consejo

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