La perra Inmortal.

Cuando la profesora de lengua, dijo que había que postiar un tema libre, me costó decidir que tema tocar. Pero mientras pensaba, acariciaba a mi perra, y me dije, porque no hablar de ella, ya que es una mascota especial, no solo por los años que tiene, sino, por su historia y su personalidad.
Voy a tratar de resumir sus 16 largos años en este posteo:
Todo comenzó cuando mi mamá, en el mes de mayo de 1993, la trajo a casa con la intención de que mi hermano Fede, tuviera otra mascota, ya que también estaba Poni, un cobayo. Desde ese momento paso a formar parte de la familia.
Deisy, así es su nombre, aunque le decimos Sowy, pasó por todos los maltratos de Fede, como por ejemplo: Sacudidas, caídas, vestimentas, etc. Para él, el animal paso a ser su peluche favorito.
A todo esto, se tomó todo el odio de mi padre, ya que no era de raza.
En 1994, después de tantos “maltratos y juegos”, llegué yo, todo lo que pasó por Fede, lo pasó conmigo, pero peor, porque ahora éramos 2, con muchas más ideas para fastidiarla.
En el año 1999, mi papá decidió comprar, una perra de “raza”, una dálmata, Esta nueva integrante, fue muy bien recibida por Sowy, una demostración mas de su generosa personalidad.
En el año 2002, llegó Guadi, mi hermanita, la cual sowy la recibió con mucho Cariño, cuando nos miraba parecía decirnos: “¿Por qué otra vez?”.
Obviamente acompaño el crecimiento de Guadi, y en consecuencia, volvió a soportar, a pesar de su avanzada edad, juegos, sacudidas, etc.. con el mejor humor posible.
La navidad del 2007, tuvo su primer accidente, asustada por los petardos, huyo por las calles, y fue arroyada por un auto. Pero en cuestión de minutos todo volvió a la normalidad.
En el año 2008 , cumplió los 15, y tubo su merecida mini fiesta, con su tortita, su vestido, y su coronita.
En ese mismo año, a principios del mes de Agosto, pensábamos, una vez mas que la perdíamos, pues su estado general, era pésimo, no comía ni tomaba, los días pasaban y no caminaba, y lo mas grave es que tenía hemorragias. Al séptimo día, dudábamos que amanezca viva. Increíblemente empezó a mejorar, quizás era por todo el cariño que le brindábamos día a día, no lo se, pero su recuperación fue milagrosa.
En enero de este año, sucedió un episodio muy extraño y a la vez gracioso.
Una mañana Sowy, empieza a gemir con un sonido muy extraño, corre hacia las escaleras del patio, llega a la terraza, y de allí se arroja sobre una media sombra, y de esta directamente al piso. No sabemos porque tuvo ese comportamiento, lo que si sabemos es que aún no le llegó la hora de partir.
Creo que con todo lo que conté, podrán entender porque adoro a mi perra y también porque decidí llamarla “highlander”.
Sofía Marrazzo.